Situada en el municipio de Foz, es la catedral más antigua de la Península Ibérica. Fue, en el siglo IX, sede de dos obispados. Los de Bretoña y Dumio (Braga) trasladan su sede aquí huyendo de vikingos y musulmanes.
Fue la reina doña Urraca, en el año 1112, quién mandó trasladar esta sede episcopal a Vilamaior do Val de Brea que adopta el nombre de la antigua sede, Mondoñedo.
El edifico tiene elementos del siglo X, XI y XII, con planta basilical de tres naves que terminan en ábsides que, en el exterior, presenta arcos ciegos de estilo lombardo.
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